viernes, 2 de septiembre de 2011

Escuchando Valses.

Es extraño, hoy por la mañana en el camino al trabajo, sin proponérmelo, el estéreo de automóvil empezó a tocar valses mexicanos, (de la fonoteca en la memoria USB, por supuesto, no de la radio). Todos me eran profundamente familiares, los escuche cientos de ocasiones en mi primera infancia y hasta la pubertad.

No es que yo sea tan viejo, sino que mi abuela materna cumplió 15 años en 1900, cuando en México estaba en su apogeo esa música, por lo tanto en su casa, vecina a la mía,  en los 50s, se escuchaba con frecuencia valses de discos LP.


Si a estos sonidos, le agregamos que amaneció ligeramente nublado, lo que ocultaba el sol, que normalmente me lastima los ojos al manejar a esa hora; que el aire era muy transparente, debido a la lluvia, también ligera, de la tarde anterior, lo que permitía ver alas áridas montañas a mi alrededor; que el tráfico, de la carretera que uso diario, era más ligero que lo normal a esa hora. Entonces tenemos que al llegar la oficina, me encuentro muy relajado, con ganas de escribir.

Ahora sí, a trabajar…

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