miércoles, 18 de noviembre de 2009

Vandalismo.

Esto lo escribo más como terapia, para poder asimilar el coraje y la frustración, el hecho de ser víctima.

Ya debería de estar acostumbrado, en mi vida me ha pasado unas 3 o 4 veces, pero no, uno no se puede, ni debe, acostumbrar a estas cosas.

Ayer, al anoche, fui victima de un acto de vandalismo, algún desesperado (eso prefiero pensar), rompió el cristal de la puerta trasera de mi automóvil, saco con precisión quirúrgica, una mochila que aparentemente contenía una PC portátil y huyo cobardemente (digo, que se podía esperar ¿No?), dejo atrás mi chamara y mi lonchera, solo lo de valor, pensó.

Desafortunadamente para el ladrón, la mochila no tenia dentro ninguna computadora, tenia si, un disco duro portátil con el respaldo de toda mi música digital y una cámara fotográfica digital no muy buena, pero casi nueva, algunas herramientas y accesorios para las PC etc.

Pero lo que realmente duele es que realmente el contenido principal eran libros y discos, que seguramente no serán de valor para el caco. Solo tienen valor para mí: 2 libros de historia de música mexicana, editados hace mas de 20 años, una autobiografía de Chava flores, unos CD y DVD recién comprados en museos o similares, un libro técnico acerca de conservación de sonidos en medios digitales, etc.

Gran chasco se debió haber llevado el amigo de lo ajeno, en cuanto a mí, tomándolo por el lado amable, casi todo es recuperable, nuevamente me deja una lección, no basta con cerrar el coche con llave, hay que ser cuidadoso en extremo, esto es un selva.
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